martes, 6 de abril de 2021

Relato 1: "Lánzate"

 Mientras caminaba por el crucero rumbo a mi habitación podia ver las piscinas, los bares, restaurantes, discotecas y muchos otros lugares mas que tenía el crucero, llegué a la puerta de mi habitación, agradecí con la respectiva propina al botones e ingresé, ya dentro me percaté que el cuarto tenía vista al mar, un pequeño balcón, una comoda de madera color blanco, un baño completo con tina, una pintura de un payaso tenebroso dentro de un marco de plata maciso que no armonizaba con la elegancia de la habitación y cama de dos plazas donde aterricé sin demora porque mi cuerpo aún no se acostumbraba al va y ven del barco, cada vez tenía mas ganas de vomitar y era necesario reponer fuerzas del largo viaje para despues continuar con las vacaciones como se debe.

Abrí los ojos sin mucha noción del tiempo transcurrido y sin saber como, estaba en lo alto de una torre, ruido de voces que coreaban mi nombre resonaban en mi cabeza, abajo una tina azul con agua me esperaba pero yo no sabia que hacia en ese lugar, yo debería de estar entre las sábanas de hilo egipcio suave como piel de bebe de mi cama con vista al mar apoyando la cabeza en la almohada de plumas de avestruz arrullada por el va y ven del barco en la comodidad de mi cuarto, sin embargo me encontraba en lo mas alto de una torre acorralada por un hombre musculoso, ojos claros y cabello castaño con un arma en la mano que me gritaba: "lánzate o te mato" me lancé y caí agitada en mi habitación, el olor a mar llegaba desde el balcón, una música de cieco se escuchaba a lo lejos, salí al pasillo con otros pocos pasajeros y la música se escuchaba cada vez mas cerca, cuando de pronto un payaso apareció de la nada invitando a todos al único show de circo que habría durante las 4 noches de crucero, lo miré a los ojos curiosa y lo reconocí, era el hombre musculoso que me acorralaba en la torre, me entregó el folleto, me guiño el ojo y me dijo: "lánzate, será divertido", cerré la puerta de golpe y desperté de un salto, sudaba entre las sábanas de hilo egipcio, no sentía el olor a mar y el cuadro del payaso me miraba como presagiando que algo iba a pasar.

Salí a dar una vuelta por el crucero para despejar la mente, la luz de la Luna alumbraba la noche estrellada, parada en la terraza del barco mientras observaba la inmensa negrura del mar contemplaba entretenida el infinito vacío, derepente una voz familiar me alejó de mis pensamientos, al voltear vi como se acercaba lenta y candidamente el hombre musculoso que vi hace un rato en el pasillo de las habitaciones luciendo su cabello castaño bien peinado y sus ojos claros que contrastaban con la negra noche, esta vez traía dos copas de champagne y al acercarse me dijo: " te vas a lanzar?" lo miré fijamente a sus ojos claros, deseaba poder decirle algo mientras recobraba el aliento pero en ese momento solo le pedía a las estrellas "por favor no me vayan a despertar".

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