domingo, 29 de agosto de 2021

El gallo Cuco

 Estaba durmiendo tranquilo y relajado como hace tiempo no lo hacía, cuando de pronto retumba por todo el barrio el cacareo de un gallo, eran las 5:30am cuando lo escuché por primera vez, me pareció bastante gracioso y pintoresco, pero despues de siete días despertandome a las 5:30am por culpa del maldito gallo y su cacareo empecé a preguntarme: ¿donde vivirá ese gallo?, así que decidí asomarme por la ventana cada vez que escuchaba los cánticos, por suerte el gallo cacareaba dos veces al día, una en la mañana a las 5:30am aproximadamente y otra por la tarde alrededor de las 6:00pm. 

Al día siguiente descubrí que el gallo vivía al frente de mi casa en la casa de la Sra. Chota, una casa de tres pisos, un pequeño balcón al lado izquierdo decorado con algunas plantas, la casa pintada de color beige con amarillo contaba con 3 ventanas cada una de ellas cubiertas con cortinas blancas sucias por el polvo que dicho sea de paso nunca he visto limpias o nuevas y a decir verdad ahora que me percato nunca han estado esas ventanas abiertas, ni siquiera he visto las ventanas con las cortinas corridas, siempre a oscuras.
En el primer piso un portón de madera barnizada con listones de metal en forma vertical que consta de una puerta pequeña al lado derecho y a la izquierda de la cochera una reja negra que protege una puerta de metal color amarillo que es una de esas puertas corredizas, del tipo que tienen todas las bodegas de barrio, de las que se abren hacia arriba, el tercer piso esta adornado con tejas color ladrillo y en ese mismo tercer piso se encuentra el gallo, que a esta altura y despues de varios días escuchandolo cantar ya le habia puesto nombre, lo llamo Cuco, el gallo Cuco.
Debido a mi continuo insomnio producido muchas veces por stress y otras veces sabrá Dios porque, los gritos desenfrenados del gallo Cuco me encontraban despierto en medio de la oscuridad de mi habitación, como diría mi bisabuela pensando en los "huevos del gallo" peleando conmigo mismo por dormir aunque sea un rato, cosa que muchas veces(por no decir todas) nunca sucedía, aunque ya habia intentado con pastillas y otros remedios caseros soluciones para mi insomnio a lo largo de estos años, aún no encuentro solución para el problema, aunque ahora la molestia venga acompañada con música de gallo incluída.
Intrigado por saber mas sobre el gallo de vez en cuando me asomaba para observar la casa de la Sra. Chota y me percaté que tres veces a la semana antes del medio día salía al balcón pintado de amarillo para regar sus plantas, ritual que dura aproximadamente unos 15 minutos, nunca vi un foco prendido en esa casa, siempre a oscuras y siempre sin ruido, el único ruido que emanaba de aquella casa era el cacareo del gallo Cuco.
La Sra. Chota vive con su hermano Tito quien tiene un auto toyota modelo station wagon de color rojo, desde que me asomo por la ventana para espiar la casa de al frente el Sr. Tito ha ido cambiando, cada vez mas delgado, cada vez mas triste, como si algo le turbara la mente, el gallo Cuco seguía cantando pero ya todos en el barrio nos habiamos acostumbrado al cacareo, iban dos meses de cánticos diarios y ya era parte del fondo musical del barrio.
Los días pasaban y la rutina de la casa beige con amarillo no variaba, el Sr. Tito sale a las 11:00am a comprar al mercado tres veces a la semana nornalmente lunes, miercoles y viernes, la Sra. Chota regaba las plantas del balcón amarillo, nunca se veía luz encendida, yo me despertaba a las 5:30am gracias al gallo Cuco cuando dormia, pero lo que mas me extrañaba era el estilo de vida dentro de aquella casa, una familia sin niños, sin parejas, solo los dos hermanos Tito y Chota, como si la felicidad se la hubiese llevado el viento hace mucho tiempo, como si solo esperasen el momento de partir de esta vida.
Tito cada vez se ponía mas flaco, con su piel morocha y ojos saltones parecía un zombie caminando por el barrio.
 

Cuco cantaba y las veces que no podía dormir me imaginaba que no solo cantaba para dar la hora, sino tambien porque estaba enamorado de una gallina pechugona con la que deseaba juntarse y tener pollitos, otras veces me imaginaba al gallo Cuco como un gallo de pelea que cantaba dos veces al día pero que el resto del tiempo andaba ejercitandose para pelear, como un buen gallo de casta.
Despues de seis meses observando la casa de mis vecinos, un día note que Tito no salió a comprar y otro día me percaté que el gallo Cuco no cantó, me pareció extraño pero decidí esperar al día siguiente, total las personas no necesitan ir de compras todos los días y supuse que los gallos algún día se aburririan de cantar o derepente Cuco se quedó dormido por andar trasnochandose con la gallina pechugona, por un día que la rutina cambie lo único que hacia era  confirmar que en esa casa vivian humanos como en todas la demas casas del barrio.
Desde mi ventana no se podia ver nada ya que la casa de la Sra. Chota siempre andaba a oscuras, al parecer habian decidido no pagar la cuenta de luz y tampoco pintar la fachada que se encontraba sucia debido a la acumulación de tierra por los años sin limpiar, una familia extraña y callada, no participaban en ninguna actividad del barrio, no tenian amigos, no tenian pareja, solo al gallo Cuco que para este momento ya había dejado de cantar tres días seguidos, al cuarto día volvió a cantar el gallo y Tito volvio a salir rumbo al mercado para realizar sus compras, calculé la hora que se demoraba en regresar para salir nuevamente a la ventana y ver que mas podía divisar de aquella familia, ese mismo día la Sra. Chota apareció en el balcón regando las plantas pero esta vez dejó abierta la puerta de vidrio y pude ver un poco el interior de aquella casa, la luz amarilla tenue no dejaba distinguir muy bien, pero pude observar que ese cuarto era una habitación porque logré ver con mucho esfuerzo una cama de dos plazas cubierta por un edredon blanco, sin embargo no pude ver mas debido a la pálida luz amarilla que no parecía emanar de un foco sino mas bien de una vela.
Al volver Tito con sus compras entró como siempre por la puerta pequeña de la cochera, me quede un rato parado en la ventana, nose porque pensaba que algo mas podía pasar ese día, cuando de pronto la ventana del tercer piso en donde se encontraba el gallo Cuco se abrió, desde mi ventana no podía distinguir muy bien nada asi que decidí subir a la azotea de mi casa para poder ver mejor, a través del vidrio opaco de la ventana pude distinguir la sombra de un Señor que daba la espalda hacia la calle, de pronto se gira y queda de lado hacia la ventana de forma que se veia claramente su figura de perfil, cuando al observar bien me di cuenta que tenia algo entre las manos, se notaban claramente dos alas aleteando bravamente y unas manos inexpertas tratando de sujetar de alguna forma al ave, de pronto vi una pata haciendo un movimiento fuerte de forma horizontal una y otra vez cerca a la garganta de la sombra, cuando de pronto la sombra toma control de la situación y se ven como las dos manos sujetan firmemente el cuello del ave, veo que forcejean y fue en ese momento que vi el giro rápido de las muñecas de la sombra, cerré los ojos como acto reflejo sorprendido por lo que acababa de observar, no sabia que hacer, todo sucedió tan rápido y tan crudo que parecia una escena de una película de Alfred Hitchcock, no podía creer lo que había visto, cuando vuelvo a asomarme veo como la sombra se toca el cuello con una de sus manos y desaparece tambaleando de un lado a otro.
El gallo Cuco no cantó ni a las 5:30pm, ni a las 6 ni a las 7, en los siguientes días no volví a ver al Sr. Tito, solo a la Sra. Chota como siempre tres veces a la semana regando sus plantas del balcón amarillo, nadie en el barrio extrañó los cantos del gallo Cuco, nadie en el barrio se dio cuenta que Tito no volvió a salir jamas a comprar al mercado, la casa de al frente seguía a oscuras con las cortinas polvorientas cerradas, su fachada sin pintar, ahora en mis noches de insomnio imagino que el gallo Cuco era como el  "Camaron" de  Chabuca Granda, un gallo de pelea, "que si ha de vivir venciendo y si ha de morir, matando".