Te fuiste y después de tanto vuelvo a escribir, porque no me pude despedir
Te fuiste con una sonrisa en los labios y paz en el corazón.
Te fuiste y una vez más te olvidaste de decir adiós.
Te fuiste, pero te quedas en el aroma de un buen vino, en una anecdota y en el mismo camino
Te fuiste, después de haber vivido con pasión y alma todo lo que hacías, dejas una familia hermosa y la promesa de reencontrarnos algún día.
Te fuiste y nos dejas un torbellino de luz, un gurú, el ceviche de trucha, el carpaccio de salmón, la panceta, los chorizos, la converza y un último salud.
Te fuiste cuando menos se esperaba, nos engañaste una vez más con tu positivismo y tu humorada.
Te fuiste y esta vez para siempre, como el viento que nunca vuelve,
Te fuiste y dejaste el eco de la soledad en todo lo que se mueve
Te fuiste luchando hasta el último minuto, dejando una estela de luz, un buen consejo y muy buena actitud
Te fuiste y nos dejaste la tarea de besar despacio y bailar lentito.
Te fuiste pero me dejaste tu amistad que la llevo tatuada en el alma y la certeza de saber que el que peca y reza empata.
Te fuiste, abriste por última vez tus alas para volar al lado de tu Madre y descansar al lado de la virgen.
Te fuiste pero te quedas en la memoria, sin rodeos, sin escapatoria.
Te fuiste, guardame sitio en esa mesa y pon a helar las cervezas
seguiré buscando ser feliz y pensando bonito, mi querido amigo pulpin.